Esta calle situada en el Madrid de los Austrias, recibe su nombre debido a la cercanía con el convento del Sacramento, se cuenta que a finales del siglo XVIII, un soldado llamado Juan de Echenique, paseaba de noche por esta calle, cuando oyó una voz femenina que desde un balcón lo llamaba y lo invitaba a subir, este sin pensárselo un momento accedió a la petición, y pasó una agradable velada con la dama.
Al cabo de unas horas, se despidió y regresó a su puesto de trabajo, pero al llegar a él, se dio cuenta de que se había dejado su espada en la casa de esa dama, regresó apresurado y al llegar a la altura del edificio comprobó que estaba muy vetusto y que nada tenía que ver con la casa en la que había estado horas antes, en ese momento comenzó a llamar a la dama a gritos pero nadie abrió, un vecino se asomó para decirle que en esa casa hacía tiempo que nadie vivía, Juan de Echanique quiso insistir y abrió la puerta de un golpe, encontrándose una casa vieja y llena de telerañas, en el cuarto de matrimonio estaba su espada junto a una silla, y un retrato envejecido y roto de la mujer que había yacido junto a él unas horas antes.
Este suceso le dejó enormemente dañado, hasta tal punto que decidió ingresar en un convento para redimir su mala vida, ya que achacó todo lo sucedido a un aviso divino.
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